Nadie podrá negar que Burone Risso ha logrado expresarse a través de su propio estilo. ¿Qué quiere ello decir? Que ha logrado imponer su personalidad, imprimiéndole el sello propio a la materia inherente. Ese material se plantea a partir de planteos que se inspiran en el paisaje ciudadano. Concretamente en el paisaje de Buenos Aires.

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Ya sea en el Jardín Botánico, el Zoológico, Puerto Madero o el edificio Kavanagh, todas las propuestas plásticas destacan el valor de la línea (el ingrediente intelectual) y el color (el elemento sensible).

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Si aparece alguna figura humana, se trata de algún signo que por añadidura se comete a la composición del todo. Y ese todo son los edificios emblemáticos, las calles, algunos árboles concretados en un esquema paralelo, sin concesiones, sujeto a la reiterada afirmación que recorre todos y cada uno de sus períodos, durante los cuales no le han sido esquivas numerosas distinciones.

Interesa subrayar el porteñismo, me atrevo a decir fantástico, de esta personalidad que se suma a la poderosa Escuela de Buenos Aires.

Rafael Sqirru
Buenos Aires 2009